Abril es el mes de la Salud, una oportunidad para reflexionar sobre la salud mental, especialmente la de los adolescentes. El Hospital Vozandes Quito quiere brindar herramientas para que los padres acompañen a sus hijos en esta etapa y fomenten su bienestar integral. La adolescencia es un período de exploración e identidad, donde los jóvenes toman decisiones clave. Como padres, guiarlos con amor y establecer límites es esencial.
Uno de los mayores desafíos actuales es la presión social en redes sociales. Los adolescentes no solo enfrentan problemas en la escuela o con amigos, sino también en el mundo digital. Ayudémosles a identificar relaciones saludables y a poner límites con tres preguntas clave: ¿Quién te lo dice?, ¿Qué intención tiene?, y ¿Es verdad o mentira?
¿Cómo podemos ayudarlos? Primero, escuchando sin juzgar y validando sus emociones. Lo que para nosotros parece pequeño, para ellos es su mundo entero. Recordemos que también fuimos jóvenes. Segundo, creando espacios de conexión en familia: comidas sin pantallas, juegos, películas y momentos en los que se sientan valorados y seguros.
También debemos fomentar una masculinidad sana, enseñando a nuestros hijos que las emociones están para ayudarnos, que es importante expresarlas y gestionarlas adecuadamente. La educación emocional y el apoyo en casa fortalecen su autoestima. Es clave comprender que la emoción es una reacción inmediata del cuerpo, como es el llanto; mientras que el sentimiento dice ¿por qué estoy llorando?, y nos permite reflexionar y gestionar nuestras respuestas.
Si notamos cambios en su conducta, aislamiento, desinterés por sus actividades, alteraciones en el sueño o su alimentación, desesperanza en el futuro, incremento del uso de alcohol, drogas y redes sociales, es
momento de buscar ayuda profesional.
Recordemos que no existen padres perfectos, solo padres que buscan lo mejor para sus hijos. La crianza no es una tarea individual, sino un esfuerzo compartido. No solo mamá o papá guían a un adolescente, sino que es fundamental contar con una “tribu”, una red de apoyo compuesta por familiares, maestros y otros, que puedan ser referentes positivos que fortalezcan su identidad y bienestar, dándoles herramientas emocionales y éticas para desenvolverse con confianza.
Fuente: Psic. Cristina Silva, Neuropsicóloga Clínica del Hospital Vozandes Quito